18 de Octubre del 2018.- Las comunidades de San Francisco Uricho, Santa Fe la Laguna, Cunajo y Tzurumutaro, son algunas de las alternativas para vivir un Día de Muertos lleno de cultura y tradición en Michoacán, con rituales únicos y tradiciones únicas en todo el mundo.
En San Francisco Uricho se montan arcos en el cementerio local, y en la iglesia del pueblo, donde se dan cita los lugareños al caer la noche para hacer una velación.
Posteriormente se congregan para asistir al panteón y visitar a sus seres queridos que ya no están presentes, ahí mismo conviven y ponen una ofrenda la cual es muy común que conste de tres niveles, y al finalizar la celebración es repartida entre amigos y parientes.
De acuerdo con un comunicado, Santa Fe de la Laguna es una de las comunidades michoacanas que conservan su originalidad, pues las ofrendas de este sitio son las más coloridas de la región, se tapizan con cempasúchil, calaveras de azúcar y peculiares animales elaborados de dulce.
En estas fechas es común recibir visitas o bien visitar a alguien, en este último caso la persona debe llevar algo para obsequiar a la familia de la casa: comida, dulces o algún presente para poner en la ofrenda.
En el altar tradicional, destaca el elaborado para “Muertos Nuevos”, es decir, personas que fallecieron en el transcurso de ese año, y generalmente es más grande, con mucha fruta, panes y dádivas.
De las ofrendas más peculiares en el país se encuentra la de Cuanajo, pues sus altares de madera tienen forma de caballo, ya que los lugareños consideran que la muerte viene montada en este animal, los hay de distintos tamaños y se tapizan con flores de cempasúchil, plátanos, calabazas, mazorcas, cañas, pan, naranjas y chayotes.
En la comunidad se colocan solamente altares para los que murieron en el transcurso de ese año.
En Tzurumutaro, los panteones además de llenarse de ostentosas ofrendas, también se pueden ver diversas bandas de música que amenizan la convivencia de los presentes con sus seres amados fallecidos.
También se realizan al aire libre juegos prehispánicos de pelota e increíbles ofrendas; los altares más iluminados con cientos de veladoras se pueden apreciar en el cementerio ubicado a los costados de la carretera que atraviesa el pueblo.
Con información de “Excélsior“