31 de Diciembre del 2018.- Investigadores hallaron, con ayuda de imágenes satelitales y drones, una colonia de 1.5 millones de pingüinos en las llamadas Islas Peligrosas de la Antártida, misma que ha estado viviendo allí durante casi 3 mil años.
Aunque puede parecer desconcertante que tantos pingüinos permanezcan sin ser detectados durante tanto tiempo, los expertos dicen que “como anotadores humanos simplemente lo hemos perdido”.
Analizando manchas dejadas en el océano por sus excrementos, los investigadores ahora están trabajando para determinar qué comen exactamente los pingüinos antárticos y cómo está cambiando su dieta ante el cambio climático.
De acuerdo con el color del excremento, los investigadores dicen que es posible averiguar qué están comiendo y evaluar cómo ha cambiado con el tiempo.
Las manchas de guano también están ayudando a los científicos a tener una idea más clara de cuántos pingüinos residen en la remota península.
En la reunión anual de la American Geophysical Union en Washington, DC, los investigadores revelaron que la supercolonia ha vivido allí por al menos 2 mil 800 años.
Sin embargo, no fue hasta que un algoritmo desarrollado por la NASA comenzó a revelar manchas en el océano que hizo que los científicos se dieran cuenta de que los ejemplares se encontraban ahí.
Las Islas Peligrosas están rodeadas por una densa capa de hielo marino, lo que hace que sea un área difícil de estudiar.
Después de estudiar el área, los investigadores ahora sospechan que la colonia fue una vez más grande; además, examinaron cuatro décadas de imágenes satelitales para descubrir qué comen los pingüinos.
De acuerdo con los científicos, este trabajo se reduce a colorear. “El guano de pingüino varía de blanco a rosa y rojo oscuro“, dice Heather Lynch, profesora asociada de la Universidad de Stony Brook y líder del equipo.
“El guano blanco es de comer principalmente pescado; Rosa y rojo serían de comer principalmente kril (eufausiáceos)“, explicó.
Sorprendentemente, los investigadores encontraron que no había patrones consistentes en los cambios observados en la dieta de los pingüinos a lo largo de los años.
“Es interesante que no se haya observado una tendencia obvia en la dieta a lo largo del tiempo, a pesar de los cambios en el entorno físico”, señaló otro investigador. “Esto fue una gran sorpresa, ya que la abundancia y distribución de los pingüinos Adelia han cambiado drásticamente en los últimos 40 años y los científicos han planteado la hipótesis de que un cambio en la dieta puede haber jugado un papel importante”.
Los investigadores dicen que los hallazgos podrían arrojar luz sobre la disponibilidad cambiante de presas, entre otros cambios ambientales en el área.
“Estos hallazgos son importantes para nuestra comprensión de cómo funciona el ecosistema antártico y cómo este sistema podría cambiar en el futuro”, señala uno de los investigadores.
Con información de López Doriga