México, 24 de abril del 2019.- El ciclo escolar 2019-2020 podría comenzar, en agosto, sin libros de texto gratuito. La razón es que, a cuatro meses de que debió haber comenzado, aún no arranca la producción de más de 200 millones de ejemplares de educación básica.
Cada año, en diciembre, los impresores de los títulos de los libros de primaria empiezan a producir los ejemplares para entregarlos en mayo a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg); sin embargo, a cuatro meses de que inicie el nuevo ciclo escolar no existe una convocatoria activa para competir por la licitación.
De acuerdo a El Financiero, los maquiladores coincidieron en que el problema radica en el nuevo proceso para las compras de gobierno.
En años anteriores, la Conaliteg se encargaba de hacer las contrataciones. Ahora es la Oficialía Mayor de la Secretaría de Hacienda la que hace las compras a través de una nueva modalidad llamada OSD (Ofertas Subsecuentes de Descuentos), y si bien lanzó una convocatoria en marzo para buscar los mejores precios, el gobierno rechazó las propuestas en 10 ocasiones y la semana pasada declaró cancelada la convocatoria.
“Se hizo una licitación para competir con los libros, pero la semana pasada se declaró cancelada, ya que no son los precios que el gobierno pretende, hoy por hoy no ha habido comunicación con ellos… La semana pasada la declararon cancelada, 10 veces cambiaron el fallo, ya no está diferida, ya está cancelada”, aclaró la representante de una de las impresoras en Puebla.
También se quejaron que antes era la Conaliteg la que entregaba los insumos a las impresoras para la creación de los ejemplares, ahora los maquiladores deben encargarse de todo el proceso.
“Anteriormente nosotros como impresores sólo maquilábamos el libro; es decir, sólo poníamos la impresión y Conaliteg nos daba todos los insumos para poder imprimir, todos los suministros, papel, cajas y tarimas… Ahora en esta licitación que ha quedado, nosotros como impresoras estamos poniendo todos los insumos aparte de la impresión, eso incrementa los costos porque el papel representa un 70 u 80 por ciento del valor total del libro”, explicó el representante de una impresora en el Estado de México.
Dos fuentes consultadas explicaron que el problema tras la cancelación de la licitación es el precio de los ejemplares, pues el gobierno no accede a pagar un costo superior al del año pasado, aun cuando este año se incrementaron los gastos con la compra de insumos y el alza en tarifas de gas, gasolina y luz. En la licitación que quedó cancelada compitieron 15 empresas.
Con información de El Financiero