El llamado Día de la Sobrecapacidad (o del Sobregiro) de la Tierra, que se calcula desde 1986, llega así dos meses antes que hace 20 años, y cada año se adelanta en el calendario. En 1993, se produjo el 21 de octubre; en 2003, el 22 de septiembre; y en 2017, el 2 de agosto.
“El hecho de que el día de la sobrecapacidad de la Tierra sea el 29 de julio significa que la humanidad utiliza actualmente los recursos ecológicos 1,75 veces más deprisa” que la capacidad de regeneración de los ecosistemas, destaca la ONG en un comunicado.
“Gastamos el capital natural de nuestro planeta, reduciendo al mismo tiempo su capacidad futura de regeneración”, advierte también la organización.
“El costo de este sobregasto ecológico mundial se está volviendo cada vez más evidente con la deforestación, la erosión de los suelos, la pérdida de biodiversidad y el aumento del dióxido de carbono en la atmósfera. Esto conduce al cambio climático y a fenómenos climáticos extremos más frecuentes”, explica la organización, con sede en California.
Los modos de consumo presentan enormes diferencias entre países. “Catar alcanzó su día de sobrecapacidad al cabo solamente de 42 días, en tanto que Indonesia consumió todos los recursos para el año entero después de 342”, señala WWF, asociada a Global Footprint Network.
“Si todo el mundo viviera como los franceses, se necesitarían 2,7 planetas”, y si todo el mundo adoptara el modo de consumo de los estadounidenses, se precisarían cinco Tierras.
Según la ministra de Medio Ambiente de Chile, Carolina Schmidt, quien presidirá la cumbre climática COP25 prevista en Santiago en diciembre, una de las principales causas de que la fecha se adelante cada año es el aumento de las emisiones de CO2.
“La importancia de una acción decisiva es cada vez más evidente”, dijo.
Según WWF, “disminuyendo las emisiones de CO2 en un 50%, podríamos ganar 93 días al año, es decir, retrasar el día de la sobrecapacidad de la Tierra hasta octubre”.
Con información de: Deutsche Welle