Italia., 19 de Marzo del 2020.- La imagen es demoledora. Una larga columna de camiones del Ejército italiano desfilaba anoche por el centro de Bérgamo, en la Lombardía. Transportaban féretros de decenas de víctimas de coronavirus para su incineración en otros municipios.
El brote del Covid-19 ha sacudido tan fuerte la provincia de Bérgamo que el cementerio de esta ciudad ya no tiene espacio para incinerar tantos fallecidos. La imagen, que han retransmitido los medios italianos, es una prueba gráfica del drama que vive este municipio lombardo. Una treintena de camiones han transportado unos sesenta féretros hacia otra docena de poblaciones que se han ofrecido para incinerarlos. La mitad de ellos se han llevado a la ciudad de Módena, en cuyo cementerio se realizarán las incineraciones. Otros cuerpos han sido trasladados a los municipios de Acqui Terme, Brescia, Cervignando del Friuli, Parma, Piacenza, Rimini, entre otros.
Sólo en la región de la Lombardía se han registrado casi 2.000 muertos
Las medidas de aislamiento todavía no han hecho efecto en la Lombardía. La región más afectada de Europa por el Covid-19 cuenta ya con 17.713 casos, de los cuales 1.959 han perecido, los últimos 319 en un solo día. Es un porcentaje muy elevado, el 11%, lo que significa que seguramente hay muchas personas que no han sido diagnosticadas.
La imagen de los camiones sigue a otra que se ha hecho viral. El diario L’Eco di Bergamo normalmente reserva una página y media a los obituarios. Este viernes, el periódico local de esta ciudad lombarda tenía diez páginas anunciando muertes de sus conciudadanos.
En esta región no hay un problema de saturación sólo en los hospitales. También están colapsadas las cámaras funerarias. En Bérgamo, una de la provincias más afectadas, habían tenido que habilitar la iglesia del cementerio como tal porque ya no hay espacio en los tanatorios de los hospitales. Los medios mostraron también otra fotografía terrible: la de decenas ataúdes alineados en esta pequeña iglesia a la espera de ser enterrados.
“El territorio bergamasco está dramáticamente golpeado con más de 4.300 personas contagiadas. Todo el personal del hospital papa Juan XXIII está trabajando sin parar. La situación es dramática y en los próximos días sólo podrá empeorar”, han dicho los médicos del hospital, que han organizado una recolección de fondos para más ventiladores y puestos en terapia intensiva.
En un momento tan delicado en que se han extremado las precauciones y se reclama distancia social, llorar a los seres queridos se ha convertido en una pesadilla. Están prohibidas las ceremonias de todo tipo, por lo que las funerarias trasladan directamente el cadáver desde las casas de los fallecidos o los hospitales hasta el crematorio o el cementerio, sin ningún rito intermedio. Pequeños grupos de personas pueden acudir al cementerio a despedirse, y también puede ir un sacerdote. Pero morir en estas circunstancias es cruel: los familiares tienen prohibido hasta abrazarse.
Las disposiciones son muy claras, contaba a este diario Andrea Cerato, presidente de la funeraria San Siro de Milán. Los muertos que han sido infectados por el Covid-19 no pueden ser vestidos, y no se pueden tocar sus pertenencias. El personal de la funeraria tiene que llevar la máxima protección, mascarillas, guantes y batas de un solo uso. Introducen el cadáver en un plástico precintado, sin vestirlo ni tocar nada, y lo llevan directamente al cementerio o crematorio.
El alcalde dice que hay más víctimas que las que salen en las estadísticas oficiales.
Cerato está preocupado porque si encuentran algún caso de positivo en su empresa tendrían que ponerse en cuarentena. Es lo que está sucediendo en la provincia de Bérgamo. El alcalde de la ciudad, Giorgio Gori, ha advertido de que hay más víctimas que las que salen en las estadísticas oficiales. “Hay personas que no pueden ser llevadas al hospital y se mueren en sus casas y a las que no se les hizo la prueba y, por lo tanto, no están incluidas en el cálculo” dijo a la televisión pública italiana.
Aquí el lunes murió Mario Giovita, el primer doctor de medicina general. Tenía 65 años y se le complicó la neumonía. Hay 23 médicos de familia enfermos que no han podido ser reemplazados. De momento el Ministerio de Defensa ha mandado médicos militares, y también llegarán desde China.
Información de La Vanguardia