León, Gto.- A 20 de Mayo del 2020.- El Arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, pidió a sacerdotes, religiosos y laicos estar alertas y ante la pretensión de legalizar el aborto en Guanajuato.
Lo anterior lo manifestó a través de un mensaje por escrito que les envió este día, donde manifestó que “estamos viviendo una realidad ante la que no podemos quedar ajenos. Se trata de la pretención de legalizar el aborto que es el atentado más grave a la vida. Este asunto se está tratando en el Congreso de Estado de Guanajuato.
Como cristianos católicos tenemos la profunda y fundada convicción de que: “La vida humana debe ser respetada y protegida de manera absoluta desde el momento de la concepción hasta la muerte. Desde el primer momento de su existencia, el ser humano debe tener reconocidos sus derechos de persona, entre los cuales está el derecho inviolable de todo ser humano a la vida” (cf. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instr. Donum vitae, 1, 1).
La vida es el don más preciado con el cual Dios ha participado a todo ser humano: «Antes de haberte formado yo en el seno materno, te conocía, y antes que nacieses te tenía consagrado» (Jr 1, 5). Nadie y ninguna autoridad tienen el derecho de decidir sobre ella.
La Iglesia siempre ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta enseñanza no ha cambiado; permanece y permanecerá invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o como un medio, es gravemente contrario a la ley moral. «Dios […], Señor de la vida, ha confiado a los hombres la excelsa misión de conservar la vida, misión que deben cumplir de modo digno del hombre. Por consiguiente, se ha de proteger la vida con el máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes abominables» (GS 51, 3). Al mismo tiempo, en circunstancias dolorosas, siempre se debe también proteger a la madre.
Como Pastor de esta Iglesia Arquidiocesana de León, quiero exhortar a ustedes hermanos Sacerdotes, Religiosos y a mis hermanos laicos a tener presente que los derechos inalienables de la persona deben ser reconocidos y respetados por parte de la sociedad civil y de toda la autoridad.
Por tal razón, les pido que nadie se quede indiferente ni inactivo ante esta amenaza contra la vida. Debe sentirse la presencia y la voz de los cristianos católicos en la oración ferviente y de las personas que crean en la vida, por todos los medios legítimos y en forma respetuosa, para defender este Derecho inalienable. Se trata de defender la Vida y la Fe, en la verdad, en la justicia y en la paz.