León, Guanajuato, 30 de septiembre de 2024.- En el marco de la conmemoración del Día Mundial del Corazón y como un llamado que hace el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) al cuidado de la salud, ya que a nivel mundial la principal causa de muerte tiene que ver con el sistema cardiovascular y de igual forma lo es en nuestro país. Por ello, la importancia de la concientización del cuidado de la salud en la población.
La especialista en Cardiología, adscrita a la Unidad Médica de Alta Especialidad (UMAE) No. 1 en León, Guanajuato, doctora Ma. Guadalupe Araceli Meza Lizaola, comentó que, el corazón está formado por dos bombas separadas: un corazón derecho que bombea sangre hacia los pulmones y un corazón izquierdo que bombea sangre, a través de la circulación sistémica que aporta flujo sanguíneo a los demás órganos y tejidos del cuerpo.
Indicó que, cuando el corazón falla, siendo este el órgano responsable de bombear la sangre a todos los órganos puede afectar riñón, hígado, cerebro, y cualquier otro, incluso existir falla multiorgánica, lo cual es una condición muy seria con una mortalidad alrededor de 90 a 95%, por ello la importancia del cuidado de la salud cardiovascular.
Algunas patologías que pueden afectar el buen funcionamiento del corazón son: la enfermedad arterial ateroesclerótica o acumulo de placas de colesterol a nivel de las arterias coronaria, la insuficiencia cardiaca de cualquier origen, enfermedades cardiacas congénitas, hipertensión arterial y diabetes mellitus, principalmente.
Entre los malos hábitos que contribuyen al daño cardiaco se encuentran: fumar, sobrepeso u obesidad, así como la dieta no balanceada y el sedentarismo.
Para cuidar la salud cardiovascular resaltó que las estrategias de prevención se deben aplicar a nivel poblacional, pero también de forma individual para frenar el desarrollo de enfermedad cardiovascular, dentro de las principales: promover un estilo de vida saludable a lo largo de la vida, mejorar la dieta, la actividad física, evitar el consumo de tabaco, así como la exposición al humo.
En cuanto a la alimentación, recomendó la dieta rica en vegetales, frutas, pescado, nueces y legumbres, reemplazo de grasas saturadas con dieta no saturada, reducir el consumo de sodio (sal), reducir el consumo de azúcares refinados y el consumo de bebidas azucaradas y buscar el consumo de ácidos grasos de cadena larga omega 3 que reducen el riesgo cardiovascular. Con relación a la actividad física, señaló que la recomienda es realizar 150 minutos de actividad física, de moderada a alta intensidad o 75 minutos por semana de actividad intensa del tipo actividad física aeróbica y reducir el sedentarismo en la medida de lo posible.