Lunes 4 de Marzo de 2024.- a Iglesia católica ha hecho un llamado a los tres candidatos a la presidencia de México para luchar contra la inseguridad y la delincuencia en estas elecciones. La Conferencia del Episcopado Mexicano ha convocado este lunes a Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez a firmar el Compromiso Nacional por la Paz el próximo 11 de marzo. La iniciativa contempla la entrega de un paquete de propuestas concretas y una hoja de ruta con recomendaciones de un grupo de 50 expertos. “Conocemos la importancia y la trascendencia de la próxima jornada electoral”, señaló en un comunicado, “pero también sabemos ya de algunos riesgos que amenazan la estabilidad democrática mediante la violencia criminal que, al mismo tiempo, afectan la libertad ciudadana”.
Está previsto que los tres candidatos se vean las caras en el Centro Cultural Tlatelolco, en lo que sería la primera vez que coincidieran durante la campaña presidencial, en caso de aceptar la invitación de la Iglesia. Se contempla que sea un acto restringido a los invitados y a los medios de comunicación. La Iglesia adelantó que estarán presentes académicos, ministros religiosos, miembros de la sociedad civil, empresarios, artistas, embajadores, representantes de organismos internacionales, migrantes y víctimas de la violencia, entre otros.
Las propuestas recogen las visiones de más de 20.000 personas y 1.600 instituciones que participaron en foros convocados por la Compañía de Jesús, organizaciones religiosas y civiles en los últimos meses, agrupados en el Diálogo Nacional por la Paz. Las recomendaciones se concentran en un documento titulado Estrategias de Política Pública para la Paz, que abarca seis grandes rubros: tejido social, seguridad, justicia, sistema penitenciario, jóvenes frente al crimen organizado y gobernanza. La idea no es sólo que los aspirantes escuchen las propuestas, sino que expliquen cómo van a incorporarlas a sus programas de gobierno.
La Iglesia pidió a los contendientes ser “verdaderos demócratas” y “reconocer los resultados sin apasionamiento, dejando de lado los intereses partidistas y conductas egoístas” para las elecciones del próximo 2 de junio, en un comunicado publicado el fin de semana. El mensaje no estuvo exento de polémica porque parafrasea uno de los eslóganes más conocidos de Andrés Manuel López Obrador: “Por el bien de todos, primero los pobres”. En esta última ocasión, la Iglesia dijo, en cambio, “Por el bien de México, primero la democracia y el Estado de Derecho”.
El comunicado, sin embargo, no tiene ninguna referencia directa al presidente ni a su política de seguridad, aunque sí exhorta a la Secretaría de la Defensa Nacional, la Marina y a la Guardia Nacional “garanticen la protección y el ambiente de paz”. “Es necesario que los distintos actores políticos, sin excepción, comenzando por las autoridades y siguiendo por los candidatos, partido y ciudadanos cumplamos las leyes y las normas en materia electoral”, señala.
La Iglesia ha vuelto a poner el dedo en la llaga de la inseguridad que azota el país, una bandera que ha adoptado desde hace varios meses, a raíz de los asesinatos contra ministros de culto y las condiciones con las que lidian varios representantes religiosos en el país. La iglesia ha tenido que ceñirse a la mesura en sus críticas a la actual Administración, porque la separación entre la Iglesia y el Gobierno es uno de los pilares del Estado mexicano. Los pronunciamientos se dan siempre desde lo civil, cuidando no rebasar líneas políticas y no dejar a entrever ninguna preferencia por alguna de las candidaturas presidenciales.
Hace un par de semanas, se dio a conocer una tregua promovida por obispos y grupos criminales en Guerrero, uno de los Estados más afectados por la violencia. El papel de intermediación ha sido celebrado por amplios sectores, pero también ha puesto en la mira el papel de las autoridades del Estado y su capacidad para hacer frente a la crisis. “Todos tenemos que ayudar y contribuir a que haya paz”, dijo López Obrador a mediados de febrero, aunque agregó que los pactos no deben entenderse como un cheque en blanco para los grupos delictivios: “Nada de acuerdos que signifiquen conceder impunidad, privilegios o licencia para robar”.
“La política es una de las formas más elevadas de la caridad porque sirve al bien común”, se lee en una cita atribuida al papa Francisco incluida en uno de los comunicados. Gálvez y Sheinbaum sostuvieron encuentros con el pontífice por separado, con apenas días de diferencia, dos semanas antes de que comenzaran las campañas, a mediados de febrero. “Celebro que usted tenga el coraje que tiene”, dijo a la aspirante de la coalición opositora Fuerza y Corazón por México. “Tengo profunda admiración por su pensamiento humanista”, comentó sobre la candidata de Morena, el partido gobernante.
Los tres aspirantes han colocado el combate a la inseguridad en la parte más alta de su lista de prioridades en el arranque de la campaña. “Por un México sin miedo” se ha convertido en el nuevo lema de Gálvez, la candidata que ha dado mayor peso a la lucha contra la delincuencia en su plataforma y que decidió iniciar sus recorridos en Fresnillo (Zacatecas), la ciudad con la mayor percepción de inseguridad de todo el país. “Se acabaron los abrazos a los criminales”, dijo la abanderada de la coalición opositora. Es un eslogan que también aparece en los spots del Partido Acción Nacional (PAN), el socio mayoritario de la alianza.
“Abrazos para los jóvenes y cero impunidad a los criminales”, le responde Sheinbaum en su propaganda, que promete continuar con las políticas de López Obrador. Ambos son posicionamientos frente a la política de seguridad del presidente, conocida como “abrazos, no balazos”. Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, ha defendido el papel de las Fuerzas Armadas, aunque ha insistido en que no les corresponden las tareas de Seguridad Pública.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) también ha hecho un llamado a “salvaguardar de la violencia” las elecciones en México, horas después de que se diera a conocer el asesinato a tiros de Alfredo González Díaz, candidato del Partido del Trabajo a la presidencia municipal de Atoyac, en la Costa Grande de Guerrero. Al menos 15 aspirantes y políticos han sido asesinados en este proceso electoral.