24 de Febrero del 2020.- “Tenemos que hacer todo lo posible para prepararnos para una potencial pandemia”. El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha asumido este lunes que es probable que lo que es hoy por hoy una epidemia de Covid-19, causada por el coronavirus de Wuhan, se convierta en algo mayor.
“No podemos paralizar el mundo y no es realista decir que se puede parar la transmisión entre países. Probablemente habrá epidemias en varios, pero se pueden contener”, ha apostillado Michael Ryan, director del programa de Emergencias del organismo internacional.
“No es una cuestión de blanco o negro, de sí o no. Cada país tiene que hacer su propio plan de contención de riesgo. Las prioridades son proteger a los trabajadores de la salud, que las comunidades se movilicen para tener especial cuidado de las personas mayores y con patologías [entre ellas se han producido más del 80% de los fallecimientos hasta ahora] y proteger a los países más vulnerables conteniendo la epidemia en los que pueden hacerlo”.
“No podemos saber qué va a pasar, si se va a atajar, a convertirse en una enfermedad estacional o en una pandemia global en toda regla”, ha matizado.
El hecho de que sea o no pandemia es más un debate semántico. Declararla o no es la consecuencia de que afecte un buen número de países, que la mayoría de la humanidad esté potencialmente expuesta al virus, algo que de momento no sucede. Ni siqueira los propios expertos de la OMS tienen claro cuándo se podría hablar de este término.
“Cuando hay pandemias de gripe, conocemos cómo se comporta el virus, a cuántas personas ha afectado en otos años, su patrón de transmisión… En el caso de Covid-19 no sabemos nada de esto. En China por ejemplo osbervamos una bajada significativa de infecciones, lo que va en contra de la propia lógica de una pandemia, pero a la vez está creciendo en Corea. Por otro lado, vemos que hay países que están teniendo éxito en la contención”, ha señalado Ryan.
Y aunque han insistido en que el escenario de pandemia se puede evitar todavía, el mensaje es que hay que estar preparados. ¿Qué significa esto? Actuar como si estuviera a la vuelta de la esquina, que los sistemas de salud de todo el mundo estén listos para detectar casos, para seguir el contacto de las personas que presentan síntomas, para tomar medidas de contención que eviten la expansión de la enfermedad.
En la comparecencia casi diaria que los máximos responsables de la OMS ofrecen a los medios para informar sobre los últimos detalles del virus, han explicado también los resultados de la expedición de expertos que han estado en Wuhan, el epicentro del brote.
La buena noticia es que es que allí no se ha descontrolado la situación. La secuencia genética del coronavirus continúa estable, el tiempo de recuperación oscila entre las dos semanas de los pacientes más leves a las entre tres y seis de los más graves. El porcentaje de fallecimientos se sitúa, de momento, entre un 2% y un 4% en Wuhan y alrededor de un 0,7% fuera.
Esto tiene varias explicaciones. Las dio hace unos días Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias del Ministerio de Sanidad: “Cuando un sistema de salud está saturado, como ha podido suceder en Wuhan, es normal que los servicios sanitarios no den abasto y puede haber una mayor mortalidad. Además, en el inicio de una epidemia con un patógeno desconocido, los primeros casos que se detectan son los graves, y no se tiene muy claro cómo tratarlos. En el resto del mundo hay muchas menos infecciones, se puede dedicar una atención mucho mayor a cada una, se tratan de forma mucho más precoz, puesto que se detectan antes y van al médico más pronto, lo que reduce la letalidad”.
Los expertos insisten en recordar lo novedoso del virus y las incertidumbres que esto abre. Hasta hace prácticamente un mes y medio el patógeno era desconocido. A partir de ahí, comenzó una carrera contra el reloj para descifrar sus mecanismos de actuación, su capacidad de contagio, su letalidad. Y la información está en continuo progreso. Si bien al principio se pensaba que no se podía transmitir entre humanos, pronto se descubrió que esto no era así.
Ahora es crucial desentrañar hasta qué punto las personas asintomáticas pueden transmitir la enfermedad; los últimos estudios han mostrado que alrededor de un 20% lo hace, lo que complica tremendamente la prevención en esta coyuntura. También los periodos de incubación, que aunque en la mayoría de los casos no superan los 14 días, se han visto situaciones en los que los ha sobrepasado.
Con información de El País