Suzanne Hoylaerts, una abuelita de 90 años de origen belga, se sacrificó y donó su respirador para que fuera utilizado para gente joven que también fue infectada de Covid-19; posteriormente, perdió la vida frente al virus.
Según medios locales, la mujer de la tercera edad ingresó al hospital el pasado viernes por problemas respiratorios, al practicarle la prueba, dio positiva de coronavirus.
Hoylaerts fue internada bajo aislamiento y al intentar conectar un respirador artificial, la abuelita señaló: “Guarda esto para los pacientes más jóvenes, ya he tenido una buena vida”.
La hija de la víctima de la cepa, Judith, indicó que antes de que fuera separada de su madre le dijo: “No llores, hiciste todo lo que pudiste. Tuve una buena vida”.
Judith señaló que aún no se sabía como es que la mujer habría contraído el virus, ya que aseguró que su mamá “tomó la restricción muy en serio”.
“Pensamos que tenía neumonía leve. No podía despedirme de ella y ni siquiera tengo derecho a estar presente en su funeral”, dijo la hija de Suzanne.