Italia., 14 de Octubre del 2020.- El Vaticano empezó hoy a juzgar a dos curas, a uno por supuestos abusos sexuales en el preseminario San Pío X y a otro por encubrirlos como rector, la primera vez que se procesa un caso cometido dentro de su territorio.
Esta primera audiencia fue breve, de unos ocho minutos, y sirvió para leer las acusaciones y presentar a las partes en el Tribunal.
El primer acusado es el sacerdote Gabriele Martinelli, de 28 años, acusado de usar su autoridad como coordinador de los seminaristas del preseminario entre 2007 y 2012 para abusar sexualmente de un joven, L.G, recurriendo también a las amenazas y la violencia.
En concreto, según se explicó, Martinelli obligó a la víctima a “soportar relaciones carnales, actos de sodomía, masturbación de él y del propio joven en diversos momentos y lugares dentro del Estado de la Ciudad del Vaticano”.
or entonces, tanto el agresor como la víctima eran menores de edad y se encontraban en el preseminario, situado dentro de los muros del Vaticano y que sirve para que los adolescentes aclaren sus inquietudes religiosas y decidan si inician la vida sacerdotal.
Por su parte, Enrico Radice, de 71 años, es acusado de encubrir estos hechos como rector del preseminario y de ayudar en repetidas ocasiones a Martinelli a eludir las investigaciones en su contra.
Radice defendió a Martinelli ante el obispo de la diócesis que le ordenó sacerdote en 2017, la de Como (norte), Diego Attilio Coletti, y aseguraba que las denuncias respondían a una persecución.
Además en 2018 durante un interrogatorio ante los fiscales de la Santa Sede, insistió en que desconocía los actos “libidinosos” y “homosexuales” ocurridos en su preseminario.
La próxima audiencia quedó fijada para el 27 de octubre y se interrogará a los imputados.
En la vista de hoy, presidida por el juez Giuseppe Pignatone, se respetaron las disposiciones contra los contagios de coronavirus, como la distancia personal y el uso de la mascarilla, y además se tomó la temperatura de los asistentes antes de su comienzo.
Este es un proceso sin precedentes en la historia de la Iglesia moderna, pues dos sacerdotes son juzgados por presuntos abusos sexuales cometidos dentro del pequeño Estado pontificio.
Las investigaciones comenzaron en noviembre de 2017 después de la publicación de estos hechos en el libro “Peccato originale” del periodista Gianluigi Nuzzi y prosiguieron con otros reportajes como los del programa televisivo “Le Iene“.
Nuzzi, juzgado y absuelto por el Tribunal vaticano por falta de competencias territoriales en 2016 por la filtración de documentos, se hacía eco en su libro de las denuncias del joven polaco Kamil Tadeusz Jarzembowski sobre lo que ocurría en este seminario.
En el libro, Jarzembowski habla sobre “los abusos en su habitación a otro seminarista, más de 140 veces y de los que él era testigo, por parte de un pupilo del rector que era mayor que él y que después se convirtió en sacerdote”.
Jarzembowski, expulsado tras las denuncias y que finalmente no se convirtió en sacerdote, será uno de los testigos de este juicio.
Martinelli fue ordenado en la diócesis de Como el 10 de junio de 2017, a pesar de que el rector había recibido varias denuncias.
Cuando en noviembre de 2017 surgieron nuevos elementos, la Santa Sede delegó en la diócesis de Como la investigación, durante la cual se adquirieron numerosos documentos y testigos y el expediente se comunicó a la Santa Sede para la continuación del trámite.
Mientras tanto, la diócesis de Como, en espera del juicio, decidió limitar a Martinelli en el ejercicio del ministerio y fue suspendido de realizar actividades pastorales con menores y adultos vulnerables y también se tomaron medidas similares contra Radice.
Con información de EFE